Hay algo en el que hace que se despierte algo en mi, nose que sea o como funcione exactamente, pero mirarlo, mirarlo en serio después de tanto tiempo me recordó como me sentí esos últimos 5 meses, había olvidado lo que era tener un nudo en la garganta y no poder llorar, había olvidado lo linda que era su sonrisa y hasta había olvidado como se sentían sus manos en mi cintura.
También había olvidado sus besos y todavía pese a haberlo besado de nuevo no los recuerdo.
No recuerdo como era besarlo antes pero si recuerdo como se sintió besarlo esta ultima vez.
Hubieron besos y besos, y más arriba de todos esos estaban los nuestros.
Era como gritarnos lo mucho que nos necesitábamos sin ni una palabra, de verdad bastaba solo con las miradas, si quedaba algo para decirnos esta noche lo hicimos.
Por un rato volvimos a ser nosotros, que bien me hizo extrañarte y poder abrazarte o besarte o solo mirarte, sentirte y saber que en ese momento estabas conmigo.
No lloré, no lloré en frente tuyo aunque tenía muchas ganas de hacerlo, no lloré porque me alcanzaba sentir tu mano y mi mano juntas, y porque si lloraba tal vez podrías haber malinterpretado todo y creer que yo estaba triste o incomoda o hasta que odiaba el hecho de que me beses y estar con vos de nuevo un sábado a la madrugada.
No lloré porque la sonrisa que tenía dibujada aun sin darme cuenta era más fuerte que cualquier nudo en la garganta.
No lloré en frente tuyo pero si lloré, lloré subiendo las escaleras, llore sentada frente a la puerta y lloraba como si algo malo hubiese pasado, pero me sentía tan feliz y contenta, tan plena y lloré porque sabia que no iba a volverme a sentir así, o por lo menos ya no por vos.

Creo que lloré todo lo que tenía para llorar porque ahora solo me salé sonreír y pensar que de todas mis despedidas la tuya fue la más linda.


Escrito un Sábado 1 de Diciembre del 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario